Mi segunda entrada va a tratar acerca de aspectos que me han
llamado la atención en la conferencia vista en clase de Francesco Tonucci y algunos textos complementarios:
Otra cosa no podemos decir pero nuestro sistema educativo
vigente esta anticuado, pese a quien le pese, esta “organización” que ciertos
políticos y ministros han creído buena para establecer y que tanto maestros y estudiantes obedecen no
sirve para nada. El primer aspecto que me llamó la atención de la conferencia
de Tonucci (¿Cómo puede ser la escuela
para el futuro? ) es que si nos paramos a pensar cómo estudiaban nuestros padres y vemos cómo
estudian hoy en día cientos de niños, no hay apenas diferencias.
Tonucci muestra viñetas en las que se ve cómo antes para
aprender a leer o escribir, debías copiar lo que el cuaderno de caligrafía te
decía. ¿Y qué ocurre hoy en día? Pues lo mismo, no crítico esto, pues es verdad
que un niño necesita copiar y repetir en determinadas ocasiones pero, es que en
30 o 40 años no hemos evolucionado apenas nada.
- Aquí vemos, como a pesar del tiempo, no hay apenas diferencias. Seguimos utilizando una metodología anticuada e inútil hoy en día.
Y qué acaba ocurriendo, que las escuelas son las encargadas
de matar la creatividad de los niños.
Ken Robinson, un educador inglés, habla acerca de que despertar la
creatividad, el ingenio y la imaginación es el instrumento principal de las
escuelas. En cambio, hoy en día tenemos escuelas que evalúan según sea capaz de
memorizar o no una determinada información. Que premia al niño más inteligente
y condena al que le cuesta más.
Tonucci critica cómo las escuelas parecen estar segregadas de forma en la que los niños “listos” y con recursos van a ir pasando y los niños que no tengan estas posibilidades se quedaran fueran. Esto forma de pensar a mí se me relaciona con el propósito de la Ley Educativa actual, por llamarla de alguna manera, esta pretende darle más prioridad a las asignaturas técnicas o más teóricas, en cambio, eliminar por completo asignaturas cómo arte, música o educación plástica.
Tonucci critica cómo las escuelas parecen estar segregadas de forma en la que los niños “listos” y con recursos van a ir pasando y los niños que no tengan estas posibilidades se quedaran fueran. Esto forma de pensar a mí se me relaciona con el propósito de la Ley Educativa actual, por llamarla de alguna manera, esta pretende darle más prioridad a las asignaturas técnicas o más teóricas, en cambio, eliminar por completo asignaturas cómo arte, música o educación plástica.
¿Qué pasa que aquel niño que quiera estudiar una carrera de
arte, tiene menos derecho a aquel que quiera estudiar una ingeniería?
Pues parece ser que sí, que hay gente que cree que
tiene el poder y la formación suficiente para decidir que es más importante
para un niño. Y lo que es peor, estamos condicionando su futuro, porque,
llegará el día donde tenga que decidir que querer estudiar y cuando diga, por
ejemplo: matemáticas, será un triunfador. Pero, si en cambio, dice: bellas
artes, pobrecito este, ¿de qué se va a ganar la vida?
Por
ello, no nos debe de extrañar que los niños no quieran ir a la escuela y mucho
menos acercarse a la educación que esta quiere proponer. Puesto que, en definitiva,
es un órgano que le dice qué hacer y cómo hacerlo. Es decir, un maestro te
explica un tema, tú debes hacer los ejercicios relacionados a este y luego
estudiarlo todo para soltarlo en un examen. Si eres bueno memorizando sacarás
una buena nota, en cambio, si te aburres (cosa que es normal) no pasarás este
examen y lo que es peor, estarás señalado como una persona que no es
inteligente.
Y esto
es así, la escuela premia al “empollón” y condena al resto. Y ¿qué ocurre? Que
todavía no somos capaces de darnos cuenta que ni lo uno ni lo otro está bien.
Una escuela es un entorno al cual los niños van a aprender, convivir,
relacionarse y sin pensarlo hemos creado
un lugar donde los niños compiten o se critican debido a que notas saque cada
uno.
Y cómo dice Tonucci, el fallo es que no se escucha a los
niños, pues estos son los que van a aprender. Y sí, no nos interesamos en qué
despierta su curiosidad y en qué modo, nunca vamos a poder cambiar el modo en
el que se imparte clase. Y aunque todo esto parezca una utopía, porque para
poder cambiar el modo de dar clase, hay que eliminar este sistema educativo “sin vocación de futuro”, que más que
educar parece que se ha propuesto todo lo contrario.
Y así poco a poco, estaremos más cerca de que los niños se
diviertan en el colegio, y en vez de decir “yo
no quiero ir a clase porque me aburro”, estén ansiosos por aprender,
descubrir, investigar… en definitiva, aprender.
- Por último, dejo los enlaces de la conferencia de Tonucci en el Parque de las Ciencias de Granada y la charla de Ken Robinson en Ted´s talk. Ambas son muy interesantes.
- https://www.youtube.com/watch?v=IQHNuvjKWaE
- https://www.youtube.com/watch?v=iG9CE55wbtY
Buena reflexión, Lucía. Integras muy bien en tu relato distintas aportaciones como la de Ken Robinson o mi artículo. No hay más antídoto contra una mala ley de educación que la resistencia de las maestras, de los maestros.
ResponderEliminarSigue trabajando, que así es como llegarás a ser una profesional competente.